
Tifarity no es más que un caserío erigido en medio de una meseta pedregosa en el que el principal edificio es un ambulatorio bautizado pomposamente Hospital Navarra, porque fue construido con la ayuda de esa comunidad.
Está a 280 kilómetros al suroeste de Tinduf, la ciudad argelina en cuyos alrededores se asientan los campamentos de refugiados saharauis, pero como carece de carretera asfaltada, los todoterreno del Frente Polisario tardan no menos de ocho horas en llegar hasta Tifarity por caminos polvorientos.
Está, sobre todo, a 50 kilómetros del muro construido por el Ejército marroquí en el Sáhara y en esa quinta parte del territorio de la ex colonia española que el Polisario considera zona liberada. Ahora su líder, Mohamed Abdelaziz, quiere "afianzar la soberanía saharaui" sobre el poblado.
Con tal propósito anunció el traslado a Tifarity del Consejo Nacional Saharaui, el Parlamento de 53 miembros, la atribución de parcelas a la población civil local para que construya viviendas y la edificación de un ayuntamiento.
A más largo plazo, "atraerá un número apreciable de saharauis, sobre todo de los campamentos de refugiados", pronostica la agencia de prensa del Polisario. Un traslado masivo de refugiados de Tinduf a Tifarity requeriría un enorme apoyo logístico argelino.
África del Sur, el gran aliado de Polisario, costeará además un complejo deportivo que incluye un campo de fútbol. La cooperación española, en este caso el Ayuntamiento de Sevilla, pagará un pequeño embalse de 3.000 metros cúbicos de agua. El subsuelo de la zona contiene reservas.
El empeño por potenciar Tifarity irrita a Marruecos, que insiste en que el caserío está en una zona tapón que quedó desmilitarizada en 1991 tras el acuerdo de alto el fuego entre Rabat y el Polisario.
El enojo marroquí quedó plasmado hace diez días en un comunicado de su Ministerio de Exteriores en el que asegura que "no tolerará una ruptura del status quo". Rabat, concluye, está "determinado a preservar por todos los medios su integridad territorial".
El próximo domingo se iniciará en Manhasset (Nueva York) la cuarta ronda negociadora entre Rabat y el Polisario. Las tres anteriores no dieron ningún resultado y el incremento de la tensión hace prever que la que empieza ahora tampoco registre avances.